Joyas bereberes

Las joyas en la vida de la mujer bereber

por  Narjes Achaach, bibliotecaria

La mujer bereber tiene una gran importancia dentro de la organización social y familiar amazigh; y el hecho de que la inmensa mayoría de las joyas artesanales bereberes pertenezcan al patrimonio femenino es muestra de ello. Las piezas de joyería bereber, a pesar de que las fabrique el hombre, son propiedad de la mujer. A partir del matrimonio ya empiezan a formar parte de su dote, modificándolas según su gusto. Y acaban siendo heredadas por las hijas.

Esta artesanía marroquí de raíces bereberes presenta una amplia gama de asombrosos accesorios, desde pulseras y fíbulas para vestidos, hasta diademas, pendientes, collares y pectorales. Estas piezas destacan las riquezas de Marruecos, como la austeridad de la plata del Rif y el barroquismo de las piezas del valle del Draa; en las que se suelen incorporar coral, conchas, ámbar, bolas de cristal […] En las zonas de Essaouira predominan la filigrana, que son encajes hechos con hilos de plata u oro. Sin embargo, en la zona de Tiznit se deja sentir la influencia de Al-Ándalus con la técnica del esmalte.

Dichas joyas nunca son de oro, debido a que se considera que el amarillo es tentador de la mala suerte. El material más empleado es la plata, y se asocia a la pureza y a la protección del mal ojo, un temor extendido tanto en la parte rural de Marruecos como en la urbana. El ya  mencionado miedo también se conjura con la omnipresente “Khamsa” o “Mano de Fátima”, que atrae la suerte al hogar o a la persona que la porta; asimismo se usa como símbolo de bisutería bereber. Además, constituye una perfecta muestra de la convivencia que se produce en el mundo rural bereber entre la islamización que trajeron los invasores árabes y una raíz animista que sigue manteniendo su fuerza siglos después de esa invasión.

De esa misma cosmovisión mágica son los diablillos malvados, los Jinn, y Aicha Kandicha, una mujer bella y seductora, que conseguía enloquecer  a los hombres. La orfebrería tiene un destacado sentido de protección.

Otros ejemplos son las representaciones de serpientes y escorpiones que evitan la picadura de ambos. Los peces, las ranas, y las tortugas son símbolo de fecundidad; debido a las numerosas crías  que suelen tener. Luego está el pájaro; que simboliza el mensajero de las buenas noticias y por su parte el lagarto previene las enfermedades y el mal de ojo.

A pesar de todos estos modelos, se usan constantemente las formas geométricas en collares, colgantes y pulseras artesanales bereberes. Cada figura tiene un significado diferente; una línea quebrada horizontal simboliza el agua, portadora de vida; sin embargo si esta en vertical, representa la violencia de las fuerzas de la naturaleza. El Sol aparece en forma de circunferencia; el mundo es un cuadrado y la mujer un triángulo; y unos cuantos más como la lámpara de aceite, la cruz amazigh, que repele las miradas envidiosas,  el disco y la rueda que remiten a antiguos ritos solares y lunares …

Asimismo, por curioso que parezca, hoy en día en un país musulmán siguen perviviendo elementos de la religión judía, como la estrella de David, los candelabros…   

Las joyas bereberes son empleadas en ocasiones ceremoniales de especial relevancia, mostrando la procedencia tribal y geográfica de las portadoras.

Marruecos ha experimentados durante estos últimos años una serie de cambios acelerados que han puesto en peligro la orfebrería bereber tradicional; desplazada a  menudo por piezas más baratas, urbanas, que provienen del extranjero.

Ese mágico universo de caligrafía bereber cuidadosamente engarzada en pulseras y collares corre el riesgo de desaparecer frente la industrialización de la bisutería. Si eso llegara a suceder, le faltará una página a la historia del pueblo bereber, eminentemente oral, que se podía leer a través de sus objetos arqueológicos y su cerámica, pero también mediante sus joyas. De momento esas piezas mágicas siguen en los zocos de Tiznit, Fez, Chauen, Marrakech y Essaouira. Algunas familias campesinas han ido conservando durante siglos una orfebrería hecha y portada bajo la consigna del auténtico orgullo bereber.