Moussem Mata


El moussem Mata

Autora: Luisa Conejero. Profesora de Biología y Geología.

Con esta sencilla brida y la varilla que lleva en la mano, dirige al caballo.

La primera vez que tuve la oportunidad de presenciar esta fiesta, en la que el atractivo fundamental eran las carreras de caballos montados a pelo, fue en junio de 2005 en una explanada cercana al pueblo del Jebel Habib.
Había mucha gente, polvo, caballos corriendo a galope tendido, músicos, danzantes, hacía un calor insoportable y la gente contaba una historia de una muñeca vestida de novia (la arosa) que llevaba un jinete y que había que robar.
Al parecer  había sido prohibida hacía unos 30 años y era la primera vez que se volvía a hacer.
Muñeca del Mata 2015.

HISTORIA DEL TRADICIONAL MOUSSEM MATA
La celebración del Mata estaba ligada a la finalización de las principales tareas del campo y se realizaba en las regiones de Beni Mesauar (Moulaten), Jebel Habib, Beni Aros, Sumata y Dar Chaoui.
Antiguamente, a lo largo del año había tres Mata, dos menores y uno más importante. En los menores solo participaban los habitantes de un pueblo; el primero tenía lugar durante el invierno, al finalizar las tareas de la siembra y el segundo, después de la escarda y limpieza de los cultivos, en los meses de marzo-abril. El Mata mayor se realizaba en verano, al finalizar la siega y reunía a las gentes de numerosos pueblos. Los Mata menores servían, en alguna medida, de entrenamiento para el gran Mata, el más espectacular; sin embargo, los ancianos recuerdan que el más vistoso y colorido era el de marzo-abril porque el campo estaba verde y lleno de flores.
La organización del Mata corría a cargo de alguna familia rica de la región, o del pueblo que el año anterior había conquistado la muñeca, y como en todas las fiestas, había abundante comida, músicos (ghaitas) y danzantes.
Danzantes  bailando la danza de la siega. Portan una hoz en una mano y en la otra una moraga de trigo.
Los danzantes (hassada = segadores) bailaban la danza de la siega, portando una hoz en una mano y en la otra una moraga de trigo. Uno de los danzantes dirigía la danza en torno a una gavilla de cereal. Los demás realizaban movimientos que imitaban a los segadores cortando la mies.
Pero la atracción principal era la competición a caballo en la que los jinetes de otros pueblos competían para arrebatar una muñeca (la arosa = la novia) a los del pueblo organizador.
Los expertos jinetes montaban el caballo a pelo, sin silla, y lo dirigían por el contacto directo de su cuerpo  con el del animal. A veces iban descalzos. Unas sencillas bridas, hechas de alguna fibra natural y una fina varilla les ayudaban a controlarlo. La brida no tenía frontalera sobre la frente del caballo, ni bocado (objeto, generalmente de metal o de goma, que se mete en la boca del animal).
La muñeca se hacía con las varillas y las hojas secas de un especie de gamón o asfodelo (barouak) y después se la vestía con un traje de novia y un pañuelo de seda (suisa). La familia más rica del pueblo regalaba la tela para hacer el vestido y se cuidaba mucho de que fuese de buena calidad y estuviese bien hecho. Cada año, el pueblo encargado de hacer la novia se esmeraba en superar a la del año anterior.
Cuando un jinete adversario conquistaba la muñeca huía hacia su pueblo protegido por sus paisanos y el resto de los jinetes los perseguían. Si lograban llegar al pueblo la escondían y una vez puesta a salvo, organizaban una fiesta que duraba toda la noche en la que participaban también los perseguidores.
El ganador adquiría gran prestigio en la región y tenía el privilegio de guardar la muñeca en su casa a modo de trofeo. 
Al pueblo que había perdido la muñeca se le ofrecía la posibilidad de recuperarla pagando un rescate por ella, pero si no aceptaba, los nuevos propietarios tenían el privilegio de organizar el Mata del año siguiente y de hacer la nueva muñeca.

EL NUEVO MATA
En un intento de recuperar la tradición, el año 2005 el pueblo del Jebel Habib organizó el Mata. Se buscaron patrocinadores, se convocó a los caballistas de la región, se contrataron músicos, los tejedores de lana del pueblo mostraron sus paños y chilabas y en enormes jaimas se sirvió té a las autoridades e invitados. La fiesta estuvo muy concurrida y prometía un futuro feliz, pero sólo se organizó un año más.
Un grupo a galope
Hubo que esperar al año 2011 para que la asociación Alamia Laaroussia pour l'Action Sociale et Culturelle, presidida por la familia Baraka, organizase un nuevo Mata en Had Gharbia, que ha continuado hasta la actualidad,  con un contenido en el que se han introducido nuevos aspectos, modificándose también el emplazamiento y trasladándolo a Souk L'Arbaa d'Ayacha, situado en la carretera de Larache-Tetuán en donde este año se celebrará la 6ª edición a finales mayo o principios de junio gracias a la colaboración de numerosas instituciones públicas y privadas que patrocinan el evento y a la buena campaña de marketing que los organizadores han sabido realizar.
Cerca del pueblo de Souk L'Arbaa d'Ayacha se ha habilitado una enorme planicie a la que se accede desde el pueblo por una pista transitable por todo tipo de coches.  Allí se montan grandes jaimas con diferente finalidad: proteger a los jinetes, alojar a las autoridades e instalar los puestos de los artesanos, la mayoría saharauis. Se instala también una tribuna para las autoridades, prensa e invitados y un escenario para la actuación de grupos de música moderna. El campamento para las furgonetas de los participantes y un enorme aparcamiento completan las instalaciones y un amplio dispositivo de seguridad y sanitario velan porque todo se desarrolle sin problemas.
Entre 150 - 200 caballos separados en grupos formados por 10 jinetes que representan a los diferentes pueblos, permanecen alineados al fondo del campo a la espera de la llegada de las autoridades. Cuando éstas se instalan en la tribuna, cada grupo se acercará a saludarlas.
Tradicionalmente los jinetes vestían su indumentaria habitual del campo y a los caballos no se les ponía nada, pero actualmente, debido a que los habitantes del campo visten como en la ciudad, los organizadores intentan dar más colorido a la celebración recomendándoles vestir el traje de fiesta tradicional y que engalanen los caballos.  Pero no siempre lo consiguen. Algunos visten la túnica blanca de fiesta y un turbante y ponen a los caballos un pañuelo de seda, pero otros visten de una manera muy moderna.
Una vez que todos los grupos han saludado inician una exhibición dando vueltas al campo, los jinetes se entrelazan por la cintura para que los caballos marchen bien pegados unos contra los otros, para que jinetes y caballos se habitúen al cuerpo a cuerpo necesario durante la competición para la conquista de la muñeca. Se ponen de pie sobre los caballos, galopan a gran velocidad en grupo o individualmente y ponen a prueba sus habilidades en el dominio del animal. Al día siguiente se iniciará la competición para conquistar la muñeca. Durante las pausas los danzantes ejecutarán la danza de la siega. 
Jinetes puestos de pie sobre los caballos.
En las regiones montañosas, este tipo de fiestas ponían en contacto a los habitantes que vivían aislados en pequeños núcleos de población y se favorecía así el encuentro de jóvenes para que surgiesen matrimonios que rompieran la endogamia y solucionaran  los problemas de la consaguinidad.
Hoy en día, aunque su primitiva función haya desaparecido y los habitantes de la región lo consideren un sucedáneo del original, el Mata sigue conservando una  gran belleza y puede contribuir al desarrollo turístico de la región. Merece la pena ir a verlo.
Agradecimientos al Cherif Mohammed El Ouahabi de Souk et Tnine de Beni Harchan por la información facilitada.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La puertas de la medina de Tetuán

Joyas bereberes

Yacimiento arqueológico de Tamuda